{Libre} Luna llena y mar turbio.

Esa noche el noruego había decidido salir de la cabaña para respirar un poco de aire. Todos sus compañeros se encontraban haciendo fiesta pagana en la fogata y aprovechó a alejarse de ahí para respirar tranquilidad y serenidad.

Sentado en la orilla del muelle miraba distante al mar, balanceando una pierna que colgaba hacia abajo, y la otra la tenía doblada para así poder apoyarse sobre su rodilla. Su rostro permanecía frío, sin emociones, sobrio, distante...

Y así permanecía, sin decir palabra alguna, pero pensando en muchas cosas, cosas sueltas que no tenían relación alguna la una con la otra, simplemente aparecían porque la noche le susurraba que ahora podría pensar claramente, y no sobre la situación en la que se encontraba, sino, lo que podría suceder, aclararse cosas que quería hacer y demás cosas que no sabía porqué se puso a clasificar en su mente.

Quizás era así si método de pensamiento, frío, calculador, ordenado.

Suspiró y miró a la luna. Sus pupilas se dilataron un poco al recibir esa cantidad de luz directamente. A la vez, lograba hacer que su cabello pareciera de hilo de oro y su broche ni se diga, parecía de oro, incluso por eso es que habían intentado robárselo antes.

Miró de reojo hacia atrás, no había nadie. Regresó su mirada hacia el horizonte, encontrándose con la nada.

Podría parecer que está muy perdido en el horizonte, pero aún tenía el oído muy agudo y cualquier mínimo ruido en ese envolvente sosiego podría ser escuchado por el rubio.

Efectivamente, escuchó algo atrás de él, muy atrás. Giró su rostro levemente y después su cintura para poder mirar mejor. La oscuridad era plena, no se podía ver nada, pero sabía que alguien le hacía compañía, indirectamente.

-¡¿Quién está ahí?! -alzó la voz para que la persona pudiera oírle, quería prevenir algún ataque sorpresa por parte de algún idiota hongo de esa isla.

-Solo un poeta errante, en las sombras de tan bello sosiego.

*dije aun imbuido en lo que leía, pues este no era mi bocabularío habitual*

- y quisiera saber quien es mi interlocutor, para al menos llamarle por su nombre...

*dije sin moverme un milimetro*

-Yo he preguntado antes, así que se me da preferencia. -dijo sin más, ya que al haber cuestionado (aunque no de la mejor manera) el nombre antes, le correspondía a él saber antes.

-No busco pelea. -ya que últimamente la gente que se aparecía siempre se peleaba con él. Suspiró ante ese último pensamiento y esperó a que éste encuentro no fuera igual.